Tallinn, el secreto de Europa (II)

Segunda parte de la traducción del reportaje que publiqué en Asahi Simbun, uno de los periódicos nacionales de referencia en Japón, el pasado 30 de septiembre. Si quieres empezar por la primera parte

La parte alta y noble, Toompea, concentra la esencia de Vanalinn. Aquí se halla la catedral ortodoxa  Alexander Nevsky, que fue levantada en 1900 cuando Estonia pertenecía a la Rusia zarista para mostrar al pueblo el poder del Imperio. En esta zona también destacan la catedral de Santa María y el Castillo de Toompea, sede del gobierno de Estonia. Toompea brinda al viajero dos excepcionales miradores desde los que contemplar la ciudad; para disfrutarlos con plenitud conviene llegar a la hora del ocaso, cuando casi todos los turistas se han marchado a sus hoteles y el cielo adquiere su  color más bonito. La plataforma de  Kohtuotsa ofrece una panorámica fantástica de todo el centro histórico, con los edificios más modernos de Tallinn al fondo. La otra plataforma, llamada Patkuli, brinda la mejor vista, es la postal que todos los folletos turísticos reproducen. Aquí es fácil pasar horas observando la belleza de está majestuosa ciudad.

Pasado y presente han sido combinados en Tallínn de modo magistral. Las nuevas tecnologías han sido tomadas con fuerza, no hay que olvidar que aquí nació Skype. En la ciudad se respira un espíritu moderno y de Vanguardia, los comercios incorporan diseños innovadores. Y en casi todos los bares,restaurantes y cafeterias hay wifi gratis para los clientes. Este carácter innovador está encabezado por la zona industrial de Rottermann, junto al centro histórico, que ha sido remodelada trasformándola en la zona recreativa más activa de la ciudad, hasta donde acuden los tallineses más modernos en busca de las últimas tendencias para incorporarlas a su armario o para frecuentar restaurantes, bares y cafés que han aportado un nuevo aire a la ciudad. También tiene aquí su sede Loovala, un colectivo de artistas que brinda la oportunidad de comprar arte de calidad a precios razonables.

 

 

 

 

 

 

 

 

Si usted dispone de tiempo, debe de ir fuera del centro a conocer el barrio de Kadriorg, acoge el Palacio de Kadriorg, un magnífico edificio barroco erigido por el zar Pedro el Grande para su mujer Catalina I en 1718, que es obra del arquitecto Niccolo Michetti. En su interior alberga un museo donde destacan pinturas de maestros alemanes,italianos y rusos de los siglos XVI al XVIII. Otro lugar interesante de este barrio es el Centro de eventos de Kadriorg que alberga cada año el Festival de Canto de Estonia; el lugar no es muy bonito, pero tiene un gran valor simbólico en el corazón de los estonios. Aquí fue donde en 1988 tuvo lugar la conocida como revolución cantada, una manifestación musical masiva contra el régimen soviético que inició el camino hacia la independencia definitiva en 1991. La gran estrella de Kadriorg es el Kumu, un moderno museo que muestra el arte estonio. Hay exposiciones temporales que muestran artistas de vanguardia  y exposiciones permanentes de los artistas consolidados mediante una amplia colección que va desde principios del siglo XVIII hasta la independencia del país.

Hoy más que nunca Estonia quiere presentarse al mundo y dar a conocer su patrimonio histórico y cultural, desde una prespectiva propia, independiente y libre. Es momento de lanzarse a descubrir un país que para muchos es desconocido. Tallinn, es la puerta de entrada y el destino ideal para iniciarse en el conocimiento de un pueblo que lucha desde hace algo más de dos décadas por mostrarse al mundo.

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