GEISHAS. A secret world

El universo de las geishas siempre ha sido secreto, y pocas veces desvelado. De ser vendidas las niñas para ser explotadas en régimen de esclavitud, se ha pasado a adolescentes que idolatran el oficio y estudian en una escuela donde lo aprenden.

Siempre han sido tipificadas de artistas, prestando unos servicios que sólo están al alcance de hombres de negocios con un alto poder adquisitivo. Sin embargo, la pervivencia hasta nuestros días de un oficio tan peculiar, hay que buscarlo básicamente en una razón; sus labios siempre quedan sellados, existe un pacto total de secreto. Un cliente que disfruta de la compañía de una geisha tiene la total garantía de que nada de lo dicho o hecho saldrá del Ozashiki, un recinto sellado a los oídos y las miradas exteriores ubicado dentro de la ochaya (Casa de té). En él tiene lugar el encuentro bajo unos códigos centenarios de lealtad y silencio. Una geisha jamás puede hablar de lo que ha sucedido en este recinto mágico e impenetrable. Durante siglos las casas de geishas han trabajado para la élite de japón, conociendo secretos de estado y los entresijos de la vida privada de hombres muy poderosos, que salvo en extrañas ocasiones, nunca han salido a la luz.

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