La zona occidental del barrio de Shinjuku es un conglomerado de rascacielos que configuran una estampa muy peculiar, ha sido escenario de numerosas películas, como el James Bond de Sólo se vive dos veces o Blade Runner, el clásico de Ridley Scott. A esta área se accede desde la estación de Shinjuku por la salida que indica Gobierno Metropolitano.
El primer rascacielo que se construyó fue el Keio Plaza Hotel en 1971, después surgieron todos como setas; la gran mayoría están destinados a oficinas. En una visita por la zona es imprescindible pasar por el edificio de la Oficina Gubernamental de Tokio. Tiene dos torres gemelas, ambas con un mirador gratuito en la planta 45, que brindan vistas espectaculares sobre los rascacielos de Shinjuku. Muy cerca se halla el NS Building, con un atrio interior bellísimo y un ascensor exterior que cuando asciende es espectacular; hay que comer en uno de los agradables restaurantes de la última planta, los precios son moderados y las vistas inmejorables.
Los fotógrafos no nos podemos perder la Pentax Forun Gallery en el Shinjuku Center Building, un espacio expositivo muy interesante, donde además tienen información de todos los eventos fotográficos que tienen lugar en Tokio.
Y por último, la joya del barrio. En el piso 43 del edificio Headquarters Building, en la sede de la fundación Sompo Japan Fine Art. Entre las obras de varios artistas japoneses no muy brillantes, emana con una fuerza apabullante Los girasoles de Van Gogh. Un lienzo que en su momento costó más de 6 millones de yenes. También hay obras de Renoir, Gauguin y Cezanne. Una maravilla de lugar, donde no se pueden hacer fotos.
Tu talento fotográfico se está embalando tipo Speedy Gónzalez. Ten cuidado a ver si te ataca algún replicante.
De momento no me he encontrado a ningún replicante, los Blade Runners hicieron buen trabajo
Vaya pasada d imagenes, ahí tambien existe el estres. Saludos
Existe el estrés, pero te sorprendería la de soluciones imaginativas que tienen para liberarlo
Desde luego, los edificios son (todavía hoy) muy futuristas pero las imágenes, que casi parecen irreales, de los trabajadores, tod@s en blanco y negro, caminando en silencio y de manera ordenada, por los túneles del metro y las aceras es otra de las experiencias que más nos impactaron de nuestras visitas a Tokyo. Si alguien nos pregunta, le recomendamos que no se la pierda… A veces hasta resulta mareante! 😉
Muy acertado el comentario, yo añadiría que para disfrutar de esa irrealidad real, la mejor hora para pasear por ahí es a las 8:30 de la mañana